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Hechos 9:1-31

El libro de los hechos nos cuenta la expansión del evangelio a través del testimonio de los apóstoles por el poder del Espíritu Santo.

Después de su resurrección, Jesús, se apareció a sus discípulos en un período de cuarenta días; luego, frente a los ojos de ellos, ascendió al cielo.

Sin embargo, Jesús siguió presente.

Los relatos del libro de los Hechos dejan claro que Jesús sigue actuando, su poder sigue vigente.

Es un misterio cómo la vida de una persona puede transformarse.

La Biblia está llena de ejemplos.

En Hechos 3, leímos de un hombre lisiado de nacimiento.

Aquí tenemos a un hombre ciego espiritualmente, Pablo.

Un hombre celoso de su judaísmo, se siente amenazado por el grupo de creyentes en Jesús que va multiplicándose con rapidez.

Hay mucho ruido alrededor porque los discípulos, después de la ascensión de Jesús, se han dedicado a dar testimonio de Él.

Ha sido un testimonio de palabras y de poder.

Nadie puede resistirse a esta serie de eventos.

La cruz divide, separa. Unos creen; otros persiguen.

Pablo fue de los perseguidores. Respiraba amenazas.

Haz conciencia de tu respiración.

Si dejamos de respirar, nos morimos. Aunque podamos controlar la respiración, al momento de aspirar, no es posible controlar el oxígeno que entra, separarlo; entra de lleno, hasta los pulmones.

¿Puedes imaginar la intensidad de los latidos del corazón de Pablo que le llevan a querer detener a cuanto discípulo de Jesús encuentre?

Lleno de odio, alimentado de coraje, decidido a acabar con este grupo.

Pablo respiró amenazas contra los del Camino.

En su camino a Damasco fue alcanzado por una luz resplandeciente, se quedó ciego –aunque hacía tiempo que había perdido la capacidad de ver las cosas– cayó de rodillas, oyó una voz y solo pudo decir: ¿Quién eres, Señor?

De respirar amenazas a respirar el aliento de Jesús que le dice: ¿Por qué me persigues?

Después de unos días, Pablo recibe la visita de Ananías, quien ora por él y así recupera la vista y las fuerzas. Ahora, Pablo respira a Cristo.

El evangelio tiene la fuerza de transformar.

El evangelio tiene el poder de convencer.

Pablo, de perseguidor a proclamador del evangelio.

¿Dios puede cambiar mi vida?

Sí, a través del evangelio de Jesucristo.

Aquí el resumen:

Ceguera.
Amenazas.
Luz.
Destino.
Vista.
Jesús. 
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