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1 Reyes 16:29-17

La división del reino no era un asunto político y territorial, era espiritual también.

Roboam quedó como rey del reino del sur conformado de las tribus de Judá y Benjamín; el reino del norte, por las restantes diez tribus.

Jeroboam fue el primer rey del reino del norte y como leímos ayer construyó un nuevo sistema de adoración para impedir que el pueblo de su reino fuera a adorar al templo del Señor en Jerusalén.

Fue el principio de la decadencia espiritual que llevó primero a las tribus del norte (a quienes se les llamó Israel; a las tribus del reino del sur, se les llamó Judá) a una idolatría e inmoralidad descarada con el rey Acab.

Dios envió al profeta Elías para llamar a un rey y a la nación al arrepentimiento.

“Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene».”

Este decreto afectó a todos y el profeta tuvo que huir de su ciudad a un arroyo donde era sustentado por cuervos.

Después, es enviado a una viuda con un solo hijo y con un puñado de harina para hacer pan.

“Y tal como la palabra del Señor lo había anunciado por medio de Elías, no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro.”

Conforme avanza la narración del texto nos damos cuenta que Elías está siguiendo las instrucciones de Dios pero no comprende a Dios.

Cuando el hijo de la viuda enferma y muere, Elías ora de esta manera:

“Entonces clamó: « Señor mi Dios, ¿también a esta viuda, que me ha dado alojamiento, la haces sufrir matándole a su hijo?»”

Este gran profeta de Dios tiene una visión equivocada de Dios.

Piensa que Dios hace sufrir a la gente.

Está cuestionando la justicia de Dios.

Dios es siempre bueno, justo y misericordioso en todos sus dichos y en todas sus obras porque ¡Dios es Dios!

Nadie esperaría ser alimentado por cuervos y menos aún por una viuda con un puñado de harina.

En el trazo de la redención hemos dado un salto. Las cosas no están bien. No se pondrán bien. Dios está en control. Va llevando a su pueblo a la redención aunque tengan que pasar por un túnel oscuro de cautividad.

Elías significa “Mi Dios es Dios”

Así nos pasa, en momentos de dificultades, olvidamos todo, hasta el nombre; olvidamos que Dios es Dios.

Aquí el resumen:

Sequía

Arroyo

Cuervos

Pan

Profeta

Viuda

Clamor

Dios, mi Dios es Dios…

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