La Biblia es la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es verdadera y confiable.
De tapa a tapa hay un mensaje.
Debemos responder a ese mensaje.
Este mensaje es accesible a todos.
Aunque hay cosas difíciles de comprender, nadie puede “sellar”, reservarse el conocimiento de la Biblia.
El mensaje es abierto.
La Palabra De Dios es para todos y está al alcance y comprensión de todos.
Por eso, la Palabra de Dios no es un libro más.
Demanda una respuesta: Oír, ver y obedecer.
Hay un anhelo en nosotros. Nos falta algo.
Ese anhelo es la ausencia de Dios.
Tenemos una cita pendiente con Dios.
El pecado nos expulsó del Edén.
Anhelamos a Dios.
Ese vacío nos recuerda que no estamos en casa.
Este mensaje nos recuerda que hay un camino a casa.
El pecado distorsionó todo pero no el plan eterno de Dios.
El trazo de la redención nos llevó a Jesús.
Adán y Eva abandonaron el Edén.
Jesús nos lleva de vuelta.
Tenemos un vacio, una cita, un encuentro pendiente.
Y el mensaje final es este: “¡Vengo pronto!
Si el mensaje es para todos, comuniquémoslo, vivámoslo y respondamos a Él.
A lo largo de estos 45 días hemos estado expuestos a la Palabra de Dios, a su mensaje.
En este vuelo panorámico hemos podido observar muchos libros, personajes, lugares, épocas diferentes. Aún así, se conserva un mensaje, lo que he llamado “el trazo de la redención”.
El trazo de la redención nos lleva a la eternidad.
Jesús lo hizo posible en la cruz.
Hemos sido salvados y al mismo tiempo estamos esperando la salvación.
Mientras esto suceda, tenemos un mensaje de Dios que oír, ver y cumplir.
Tenemos un mensaje de Dios que comunicar.
Tenemos un mensaje que recordar: Él viene pronto.
Con agüita en los ojos y emoción en le corazón sigo escribiendo.
El trazo de la redención se resume en nuestras vidas así:
“Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos”
Aquí el resumen:
Un mensaje.
Una bendición.
Una exhortación.
Un testimonio.
Un encuentro
Un camino.
Una gracia.
Todo se trata de Jesús…