“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?”
Un viaje de once días se convirtió en treinta y ocho años de vagar en el desierto.
El funeral más larga de todos los tiempos: Toda una generación murió en el desierto a consecuencia de su incredulidad y rebeldía a Dios.
Una segunda generación surgió.
Moisés murió y Josué fue designado sucesor.
Josué fue el asistente de Moisés. Un hombre de fe.
Ahora tiene la misión de llevar al pueblo a la tierra prometida y eso implica pelear, conquistar la tierra prometida.
Y tal como Abraham, Isaac, Jacob y Moisés, Josué tiene un encuentro con Dios.
“El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?”
La victoria del pueblo de Israel se basa en la sujeción a Dios, en seguir sus órdenes, en mantenerse en el pacto.
La ciudad de Jericó cayó sin la intervención bélica del pueblo de Israel.
“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante.”
El trazo de la redención lleva al pueblo de Israel a la ciudad de Jericó, una ciudad amurallada que sucumbió con una marcha silenciosa de seis días y al estruendo de las trompetas.
Así, el pueblo de Israel fue introducido por Dios a la tierra prometida.
Este fue el primer paso, queda tierra por conquistar pero el relato bíblico deja claro la clave: el único paso para tener la victoria es creer en Dios.
Aquí el resumen:
Muralla
Silencio
Trompetas
Victoria
Dios es el Comandante
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