“El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.” Lucas 24:1-3
Una tumba asegurada y vigilada no pudo resistir el poder de Dios.
“Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos.” Mateo 28:2-4
Es maravilloso leer los relatos de la resurrección.
Ninguno presupone sucesos, simplemente los narra, los reporta.
“No está aquí“, insisten los cuatro evangelios.
“No tengan miedo”, nos enmarca los sentimientos de las mujeres y discípulos; quienes siguen sin entender la promesa de la resurrección.
“No lo reconocían” nos muestra que el cuerpo glorificado de Jesús había tenido un cambio sustancial pero al mismo tiempo conservaba sus rasgos físicos.
Jesús siendo Dios se hizo hombre, vivió y murió como hombre, para salvarnos.
No le reconocimos.
Buscamos a Jesús en los lugares incorrectos.
—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado!
La resurrección es la respuesta de Dios al sacrificio agradable de Jesús en la cruz, por nuestros pecados.
La resurrección es el centro de nuestra fe.
No es una idea o concepto.
La resurrección es un hecho histórico.
Dios no decidió simplemente que Jesús muriera y resucitara.
Dios intervino en el mundo, en nuestro espacio y tiempo para salvarnos.
Dios siempre cumple lo que promete.
Dios sabe lo que tiene que hacer y cuando tiene que suceder.
Dios no llega tarde para salvar a la humanidad.
Dios llega en el momento preciso.
“sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.” 1 Pedro 1:19-21
Jesús recorrió el camino de la salvación trazado desde la eternidad.
De la eternidad al Edén.
Del Edén a Belén.
De Belén a la cruz.
De la cruz al sepulcro vacío.
La cruz y el sepulcro vacío de Jesús demandan una decisión: creer o no creer.
Aquí el resumen:
Una tumba vacía.
Mujeres asustadas.
Discípulos perplejos
Jesús vivo y resucitado.
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